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Practicar yoga no es seguir al maestro sin cuestionarlo

Sábes cuando empecé a estudiar para hacerme profesora de yoga lo primero que me dijo mi maestro, fue que debíamos ser críticos con los que nos enseñan, que no debíamos aceptar ciegamente todo lo que se nos dijera o lo que viéramos y para que entendiéramos esto nos contó un cuento.

El gato del Ashram.

Había una vez un gurú que vivía con sus seguidores en su ashram de la India.

Una vez al día, al caer el sol, el gurú se reuníacon sus discípulos y predicaba.
Un día apareció un hermoso gato en el ashram que seguía al gurú a todas partes, y cada vez que el gurú daba una charla el gato se dedicaba a pasear entre los oyentes distrayéndoles y haciendo que no escuchasen la charla del maestro.

Así que el maestro ordenó que todos los días cinco minutos antes de iniciar su charla, ataran al gato para que no interrumpiera.

Pasó el tiempo, el gurú murió.

El discípulo más viejo se transformó en el nuevo guía espiritual del ashram, y cinco minutos antes de iniciar su charla ordenó que ataran al gato.

Pasó el tiempo y el gato murió, asi que el nuevo gurú ordenó que consiguieran otro gato para poder atarlo.

Moraleja:

Los seguidores hicieron de una circunstancia una norma. Haciendo a ciegas lo que habían visto hacer antes, pero sin saber los motivos de esa práctica.

Así que ya sabes, observa, aprende y no copies sin sentido. Sé crítico con todo lo que estás recibiendo o probablemente serás de los que piden que se traiga un nuevo gato.

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