Por supuesto que esta es una asana que no deben realizar las embarazadas, ya que además de suponer una inversión de la posición del útero, dejarías al feto comprimido y por eso no debes realizarla.
Halasana o arado es una asana que cuando la realizas por primera vez te dará la impresión que te vas a romper el cuello.
Pero estate tranquila que no pasa nada, es solo una sensación, y que como tal debes tratarla, dándote tiempo para asimilar esta inversión con flexión hacia atrás.
En la clase de principiantes, lo que suelo hacer es ayudarlos de la siguiente forma:
Cuando están con las rodillas flexionadas hacia la frente, les digo que dejen una pierna así flexionada, y que comiencen a estirar la otra, llevando el pie hacia el suelo, mientras yo les ayudo sujetándoles por las caderas.
Lleguen o no a tocar el suelo con el pie, les doy seguridad, y cuando veo que no pueden más bien sea por miedo o por condiciones físicas, le indico que ahora flexionen esa pierna y comiencen a estirar la otra.
Aunque parezca obvio, la mayoría de las veces es el miedo el que les impide llegar con los pies a tocar el suelo, y si les sujeto por las caderas y lo intentan así primero con una pierna y después con la otra, poco a poco van sientiendo que tienen mayor confianza, que no tienen que ir más allá de donde se sientan seguras.
No debes practicarla si tienes algunos de estos problemas:
- Cuando haya lesiones de cuello, bien sean de tipo óseo o muscular.
- Cuando tengas problemas de hipertensión o de corazón.
- Tensión ocular.
- Hernia de hiato o problemas del aparato digestivo.
Pero en todo caso recuerda que debes seguir las indicaciones de tu profesor.