Por Karin Larsson, www.yogalila.com.ar
LÎLÂ es un interesante término sánscrito que nos aporta diferentes niveles de comprensión:
- En primer lugar tiene la connotación de “juego”, y el sentido de la espontánea y alegre participación en una actividad, aún la de la competencia; en cuyo caso, lo que sugiere es simplemente jugar, disfrutar, cada momento, sin pensar en agredir o violentar para lograr los propósitos personales. Como todo juego, implica tanto la presencia de participantes como la existencia de reglas del juego. Es la actitud del niño que se entrega gozoso a la amorosa actividad de ser cuidado, atendido y amado.
- Profundizando en su significado, es la gracia y la belleza de toda la experiencia, aún la de aquello que denominamos lo Supremo, lo Incomprensible, lo Incomparable, lo que nos trasciende. Implica, entonces, el encanto que encontramos en ello y la captación de la elegancia, armonía – o sentido – en el despliegue de la Naturaleza y sus actividades.
- Es por ello que Lîlâ describe la súbita experiencia de la presencia de lo Supremo y el desborde en forma de abundancia que dicha experiencia provoca. Lîlâ es el deleite o la disposición de disfrutar lo que debe sobrevenir; es por ello, aceptación. En consecuencia indica la actitud simple, la pureza del corazón, la confianza y la entrega.
- Lîlâ puede ser comprendido en muchas maneras; sin embargo, todas ellas involucran el encanto, la gracia y el misterio inexplicables en cada situación, el asombro ante la recurrencia de los mismos acontecimientos: la diaria salida del sol, la periódica aparición de la lluvia, del viento o de la nieve, la posibilidad de levantarnos cada mañana, de ir al trabajo, de preparar el desayuno, etc., la oportunidad de darnos cuenta y comprender que, detrás de tantas situaciones e incidencias en las que estamos involucrados, siempre está el amoroso, indescifrable y misterioso pulso de la Vida.